El Cap de la Nau, frontera entre los golfos de Valencia y Alicante, es el extremo más oriental del litoral valenciano, justo en el punto más próximo a la isla de Ibiza, de la cual la separan unos 85 kilometros de mar. Su pródiga naturaleza lo convierte en una cita ineludible. De hecho, la Consellería de Medio Ambiente ha destacado su microreserva vegetal. A los pies del cabo puede visitarse la conocida Cova dels Orguens, una cavidad natural descrita por el naturalista Cavanilles a finales del siglo XVIII. Sus calas se presentan además como sugerentes refugios del Mediterráneo.
Su faro, de sección octogonal, tiene una altura de 20 metros, está situada a unos 122 metros sobre el nivel de la mar, mientras que su luz llega una distancia de 23 millas. Su señal nocturna consiste en una serie continuada de destellos.
A pesar de que la obra se subastó el 1 de julio de 1914 (por un total de 68.212 pesetas), el faro entró en funcionamiento el 26 de mayo de 1928. Ese retraso se debía a que se tuvo que hacer una carretera para poder llevar los materiales, un vial que se empezó el 3 de julio de 1923, que comunicaba el faro del cabo de la Nao con el barrio de Aduanas.
Sobre el promontorio del cabo de la Nao, antes de que se construyera el faro, se realizaron el 29 de diciembre de 1902, las pruebas de telegrafía inalámbricas entre la península e Ibiza, con un sistema diseñado por el valenciano Julio Cervera.