En el año 1817 se inauguró el cementerio de Sant Joan, a las afueras del pueblo. Hasta ese momento todos los enterramientos se habían realizado dentro de la villa de Xàbia, en los cementerios e iglesias situados dentro de sus murallas. Concretamente habían dos cementerios, el del C/ d’Avall y el de la pl. de l’Església, documentado gracias a las excavaciones arqueológicas.
Este cementerio era un espacio trapezoidal de unos 180 m2 cerrado por un robusto muro encofrado de mortero de cal y piedras, dentro del cual se realizaban los enterramientos. Se ha conservado un sector bajo el suelo de lo que es actualmente la Oficina de Turismo, con más de una veintena de tumbas excavadas en el suelo natural con una orientación este-oeste. Los enterramientos correspondían a inhumaciones en posición decúbito supino, con la cabeza en el lado de poniente. Se ha documentado el uso de amortajamiento de cadáveres así como la presencia de cajas o ataúdes de madera. Este cementerio estuvo en uso durante el siglo XIV y gran parte del siglo XV, hasta que la ampliación de la iglesia provocó la remodelación de la plaza y la destrucción del cementerio.